En los últimos años, la educación de la primera infancia ha ganado una atención renovada en India, impulsada principalmente por la Política Nacional de Educación (NEP) de 2020. Esta política destaca la importancia crucial de la educación inicial, enfocándose en niños y niñas entre los tres y seis años de edad, como base para su posterior escolarización formal. Aunque el derecho a la educación aún no se ha extendido legalmente a menores de seis años, la NEP plantea el ambicioso objetivo de universalizar el acceso a la educación infantil antes del año 2030.
Actualmente, el sistema de educación de la primera infancia está fragmentado entre sectores públicos, privados y organizaciones sin ánimo de lucro. Desde jardines privados hasta centros comunitarios rurales administrados por el gobierno, las diferencias en calidad y metodología son notables. En medio de este escenario desigual, la Fundación Vipla ha trabajado durante más de treinta años con intervenciones tempranas en centros preescolares conocidos como Balwadis, ubicados en Mumbai. Recientemente, la fundación ha integrado tecnología en su programa comunitario para observar el desarrollo infantil y brindar acompañamiento y formación a docentes.
En total, Vipla administra directamente 47 Balwadis comunitarios. Cada aula atiende entre 25 y 30 niños de diversas edades y se ubica en asentamientos informales, ofreciendo acceso a la educación a quienes no pueden asistir a los jardines infantiles bajo la jurisdicción de la Corporación Municipal de Brihanmumbai (BMC).
En 2020, se introdujo en estos Balwadis la aplicación Umang STCI Teacher, con el objetivo de registrar asistencia, monitorear los días activos del centro, documentar actividades de aula y evaluar el desarrollo individual de cada niño mediante herramientas específicas. Los docentes cuentan con el acompañamiento de mentores, quienes supervisan el trabajo pedagógico tanto presencialmente como a través de la información cargada en la plataforma. Entre 2022 y 2023, en colaboración con la BMC, la app se implementó en 900 Balwadis municipales.
Tecnología accesible para todos
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Adopción tecnológica con acompañamiento directo
El primer paso fue capacitar a las docentes —mujeres de la misma comunidad— en el uso de smartphones y la instalación de la aplicación. Muchas de ellas no tenían familiaridad con la tecnología e incluso algunas no contaban con un celular propio. Al inicio, ingresar los datos de los estudiantes fue un reto, y se requería doble registro: en papel y en la app. Sin embargo, con apoyo constante y formación práctica, las docentes comenzaron a valorar la utilidad de los datos recopilados.
Esta transformación fue posible gracias al acompañamiento continuo en el aula, el aprendizaje entre pares, el respaldo de un equipo de mentores y el diseño amigable de la app, que incluye menús desplegables y la opción de uso sin conexión.
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Monitoreo de asistencia para reducir el ausentismo
“Cada día se realizan muchas actividades en un Balwadi, y si un niño falta con frecuencia, su aprendizaje se ve afectado”, explica Swapnali Thakurdesai, gerente de programa en la Fundación Vipla.
Por ello, la funcionalidad más importante de la aplicación Umang es el registro de asistencia. Antes se hacía en cuadernos, pero ahora, gracias a la app, se puede obtener un promedio mensual de asistencia de manera automática. Esto permite a las docentes y mentores identificar fácilmente a los niños con ausencias frecuentes y tomar medidas. Las docentes se comunican directamente con los padres y, si es necesario, realizan visitas domiciliarias junto con los mentores.
A partir de encuestas realizadas por las propias docentes, se identificaron varias causas de ausentismo: desde problemas de salud relacionados con condiciones sanitarias deficientes, hasta migraciones temporales de las familias a sus pueblos de origen. Otro factor clave es la falta de información sobre la importancia de la educación en la primera infancia.
“Hemos trabajado intensamente en los últimos dos años para involucrar más a las familias, y ya vemos un cambio”, comenta Swapnali. “Muchos padres creen que, por ser pequeños, sus hijos no se ven afectados si faltan uno o varios días. Por eso, cuando se detecta una ausencia, el primer paso es contactar a la familia. Si no hay respuesta o el ausentismo se vuelve recurrente, el equipo realiza una visita domiciliaria para hablar con los padres”.
En los Balwadis administrados por la BMC, donde las ausencias superiores a 18 días deben ser registradas formalmente, la app Umang ha facilitado la identificación de los niños con más de 12 a 15 días de inasistencia. Además, la aplicación permite hacer seguimiento a la matrícula, las tasas de deserción y la transición de los niños a la educación formal básica y secundaria.