La generación 2025 enfrenta un panorama educativo y laboral incierto

Cancelación de prácticas: un golpe inesperado para los graduandos

En marzo, a pocos meses de su graduación universitaria, Liam Powell recibió una noticia que cambiaría sus planes profesionales. El Departamento de Estado de EE.UU. canceló el ciclo de verano 2025 de su programa de pasantías estudiantiles, anulando así la oferta provisional que Powell había recibido.

Esta decisión llegó poco después de que el presidente Trump firmara una orden ejecutiva para congelar la contratación en el gobierno federal, con el objetivo de eliminar lo que considera gasto innecesario y burocracia ineficiente. Para Powell, estudiante de política y salud global en la Universidad Duke Kunshan en China, la noticia no fue del todo sorpresiva.

Ansiedad en aumento entre los futuros egresados

Millones de estudiantes universitarios se enfrentan este verano a un escenario incierto tras la graduación. A la paralización de contrataciones en agencias federales se suman los recortes a fondos de investigación y una serie de órdenes ejecutivas que afectan directamente al sistema de educación superior.

Para quienes integran la promoción de 2025, los temores comunes sobre el futuro laboral ahora se ven amplificados por la inestabilidad política y económica. En diálogo con NPR, tres estudiantes próximos a graduarse compartieron cómo están adaptándose y buscando mantener la esperanza en su último semestre universitario.

Redirección profesional forzada por políticas federales

Powell soñaba con trabajar en el gobierno apenas terminara su carrera. Tras su segundo año, realizó una pasantía en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), colaborando en un departamento enfocado en servicios de salud global como pruebas de VIH, vacunas y financiamiento para investigaciones sobre el sida.

Sin embargo, tras la congelación de contrataciones, la administración Trump anunció también recortes drásticos en USAID, argumentando que era necesario revisar el gasto para garantizar que los fondos de los contribuyentes se usaran para fortalecer y proteger a EE.UU. Como resultado, miles de trabajadores fueron despedidos y se suspendieron programas de asistencia internacional.

Modelos internacionales: una mirada a las mejores prácticas educativas

En este contexto de incertidumbre, gobernadores de EE.UU. buscan soluciones innovadoras trabajando junto a educadores y padres. Iniciativas como “Let’s Get Ready!” promueven encuentros internacionales para intercambiar ideas y estrategias exitosas. Uno de estos encuentros, realizado en Vancouver, contó con la participación del Dr. Tan Oon Seng, director del Centro para la Educación en Carácter y Ciudadanía de Singapur.

El enfoque de Singapur: más allá del rendimiento académico

El Dr. Tan ha sido clave en integrar el rigor académico con el desarrollo de habilidades blandas en Singapur, en un esfuerzo por preparar a los estudiantes para los desafíos del siglo XXI. Acompañado por el gobernador de Colorado, Jared Polis, compartió las lecciones aprendidas a partir de la implementación de programas centrados en el desarrollo integral del estudiante.

Polis destacó la importancia de habilidades como la perseverancia, responsabilidad y la capacidad de adaptación, atributos cada vez más valorados por los empleadores. Sin embargo, subrayó también lo difícil que resulta medir estos resultados o incorporarlos formalmente en la educación.

Educar con propósito: valores, carácter y adaptación

Para el Dr. Tan, el punto de partida no son los conocimientos ni las destrezas, sino los valores. Según explicó, el sistema educativo de Singapur está evolucionando hacia un enfoque más holístico que prioriza la capacidad de aprender y adaptarse en un mundo cambiante.

“El currículo no debe centrarse únicamente en resultados, sino en todo el proceso de aprendizaje. Nuestros docentes son diseñadores de entornos educativos que fomentan resiliencia y sentido de propósito en los estudiantes”, expresó.

Este modelo se basa en dos pilares: el carácter (independencia, autonomía y ética) y la competencia (capacidad de superar cualquier curva de aprendizaje). Según el Dr. Tan, aunque el futuro sea incierto, es fundamental transmitir esperanza y sentido de agencia personal a los jóvenes.

“Decirles que no sabemos cómo será el mundo mañana solo genera desesperanza. En cambio, debemos ayudarlos a sentirse capaces de enfrentar el futuro. La esperanza, el propósito y el bienestar psicológico son esenciales tanto a nivel individual como colectivo”, concluyó.

El desafío de formar generaciones resilientes

En un escenario global marcado por transformaciones tecnológicas, económicas y sociales, los sistemas educativos enfrentan el reto de preparar a los estudiantes no solo con conocimientos, sino con herramientas emocionales y éticas. La experiencia de Singapur ofrece una hoja de ruta valiosa para fortalecer el carácter y la adaptabilidad, dos componentes clave para afrontar el futuro con confianza.